Los molinos de mano más antiguos conocidos son paleolíticos, y se usaban para moler tubérculos1 pero su expansión es característica del Neolítico, la fase económica caracterizada por la extensión de la agricultura. Aunque siguieron moliéndose semillas de recolección, como bellotas o castañas, el producto principal pasó a ser los cereales, diversas gramíneas cultivadas en distintas partes del mundo. Los romanos empezaron a servirse de los molinos hidráulicos desde el siglo I a. C. En este trabajo también empleaban a los esclavos y a los penados. Más tarde aplicaron también a él algunos animales.
En Roma, los molinos de agua no se instalaron normalmente en los ríos, estos molinos pasaron de Italia a Francia.
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